EL SONIDO


LA VERDADERA CRISIS, LA INCOMPETENCIA

NO PRETENDAMOS QUE LAS COSAS CAMBIEN, SI SIEMPRE HACEMOS LO MISMO. LA CRISIS ES LA MEJOR BENDICIÓN QUE PUEDE SUCEDERLE A PERSONA Y PAÍSES, PORQUE LA CRISIS TRAE PROGRESOS. LA CREATIVIDAD NACE DE LA ANGUSTIA COMO EL DIA NACE DE LA NOCHE OSCURA.

ES EN LA CRISIS QUE NACEN LA INVENTIVA, LOS DESCUBRIMIENTOS Y LAS GRANDES ESTRATEGIAS. QUIEN SUPERA LA CRISIS SE SUPERA A SÍ MISMO SIN QUEDAR "SUPERADO". QUIEN ATRIBUYE A LA CRISIS SUS FRACASOS Y PENURIAS VIOLENTA SU PROPIO TALENTO Y RESPETA MÁS LOS PROBLEMAS QUE LAS SOLUCIONES. LA VERDADERA CRISIS ES LA CRISIS DE LA INCOMPETENCIA.

EL INCONVENIENTE DE LAS PERSONAS Y LOS PAÍSES ES LA PEREZA PARA ENCONTRAR LAS SALIDAS Y SOLUCIONES. SIN CRISIS NO HAY DESAFÍOS, SIN DESAFÍOS LA VIDA ES UNA RUTINA, UNA LENTA AGONÍA. SIN CRISIS NO HAY MERITOS. ES EN LA CRISIS DONDE AFLORA LO MEJOR DE CADA UNO PORQUE SIN CRISIS TODO VIENTO ES CARICIA. HABLAR DE CRISIS ES PROMOVERLA, Y CALLAR EN LA CRISIS ES EXALTAR EL CONFORMISMO. EN VEZ DE ESTO, TRABAJEMOS NUESTRO TALENTO Y NUESTRAS HABILIDADES PARA ENCONTRAR LAS SOLUCIONES. ACABEMOS DE UNA VEZ CON LA UNICA CRISIS AMENAZADORA, QUE ES LA TRAGEDIA DE QUE NO QUERER LUCHAR POR SUPERARLA.



ALBERT EINSTEIN




Están atiborradas las paredes de grafos, de mensajes, de excesos y de todas las formas de comunicación escrita. Reclamos que se conjuran con aerosol, nacen en los abismos de la ciudad ficticia, recorren las calles y cruzan los puentes de un lugar a otro, pregonando a todo viento que los hombres no desean ser esclavos una vez más.
Se ocultan en la soledad los heraldos que tiñen los muros con palabras de devoción, de angustia y desesperanza. Representantes de todas las clases, todos los lugares… todas las edades. Centinelas custodian los muros, arrellanan la inmensidad de los espacios. Sin embargo, los libres actúan sin proporción, se lanzan en masa, mascaras y banderas cubren sus rostros. Violan así, la integridad del capitalismo que es de por si, severo y absurdo, dejan los sueños en letras grasientas, letras que desprenden lagrimas cuando están frescas. El mensaje queda expuesto, la multitud esta gritando, se unifican las voces y todo el caos se convierte en inmensidad…
Ellas, las silenciosas, quedan violadas por la voluntad de los hombres. Pero se muestran a todos, claras e incorruptas en el fondo.
Así, los hombres, los suelos, las ventanas, los muros, y todas las cosas inmaculadas por el sistema forman parte de la anarquía silenciosa.







  1. el caminante solitario.


(Un viernes cualquiera, en algún lugar de la ciudad ficticia)





El ocaso de una tarde de viernes, propone un pretexto genial para quien decide tomar una aventura en sus manos. se trata de una especie de “libertad secreta” que somos incapaces de compartir con otros, se trata de una característica propia de la individualidad, de esa identidad que sabemos que esta en nosotros, pero desconocemos por muchas razones.

La tarde de viernes, coloreada por tonos rojizos, hace siempre pensar mil cosas: algunos dicen que es porque a alguien le sucedió algo malo, otros creen que se trata de una conspiración de la naturaleza en conjunto con nuestras deprimentes emociones, quizá, y con suerte alguien haya muerto y por fin se ha liberado de este mundo…

Muchas preguntas, demasiadas respuestas, variadas conjeturas… pero esta hipotética situación propone a veces separarnos un poco de los demás para caminar solos hacia alguna parte: el hogar que siniestramente se vuelve funesto cuando no hay nada que hacer esa tarde, caminar solo hasta donde te lleven tus piernas; vas caminando pensando en mil cosas, las que puedes arreglar, las que definitivamente no puedes o simplemente buscas respuestas en un lugar que quizá ni siquiera existe.

El caminante solitario, se convierte entonces en un profeta sin público que lo escuche, es un perfecto desconocido en una tierra sin promesas. Piensa a cada paso en cosas que si bien tienen sentido común, a veces se quedan anegadas en un lago de la republica de la utopia. Va hacia todos lados, pero a ninguna parte. Él mismo se transforma en cientos de conceptos y sueños: cuando recorre el mundo siente que es ave que va hacia el fin sin desplomarse, otras veces, como el lobo, busca una roca y se sienta allí, para contemplar el caos en su propia soledad…

Asimismo, el solitario se despoja en su lento andar de todo elitismo, se convierte en aire, en polvo y puede dejarse llevar como el viento sin elegir lugar fijo donde establecerse.

Al final y en determinado momento, todos somos… el caminante solitario.


photo by Christian Carocca